Últimamente me da la sensación de que no hago nada más que esperar; esperar para pagar en el supermercado, esperar a que te toque el turno en el banco, esperar a que en el ayuntamiento tramiten lo que has ido a pedir, esperar en el servicio posventa para que te digan que no te pueden arreglar lo que acabas de llevar... En definitiva, parece que esperar se ha convertido en mi deporte y en el de otros tantos españoles.
En uno de esos tiempos muertos de espera que he tenido hoy me he acordado de un artículo de Mariano José de Larra, Vuelva usted mañana. Larra, fue un famoso escritor y articulista del romanticismo español que, como buen romántico, tuvo una vida breve e intensa: de marzo de1809 a febrero de 1837. En esos veintisiete años de vida se enamoró de la amante de su padre, viajó por Europa y conoció, entre otros, a Alejandro Dumas y a Víctor Hugo, estuvo a punto de obtener un escaño en el Parlamento y, finalmente, se sumió en una profunda tristeza que le llevó al suicidio.
Además de hacer todas estas cosas, Larra también tuvo tiempo de escribir una gran cantidad de artículos en los que se critican las malas costumbres de la sociedad española con ingenio y agudeza. Por eso, cuando se lee hoy en día Vuelva usted mañana, parece inevitable dibujar una sonrisa de complicidad al ver que hay cosas que, por mucho que pasen los años, nunca cambian.
Creo que más de una se acuerda de este hombre cuando la gente se toma con tanta parsimonia las cosas, sobretodo la burocracia...jejeje!!! Qué grande el Sr. Larra!!!!
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