Como las series que normalmente sigo se encuentran en un parón vacacional y hasta mediados de abril no vuelven, no me ha quedado más remedio que buscar otras series para el tiempo de espera. Tengo que decir que me he llevado una grata sorpresa con la serie Justified.
Lo cierto es que al principio no me llamaba nada la atención, sobre todo porque el argumento no parecía muy atractivo: un poli que mata a un delincuente y lo reasignan a una oficina de Kentucky. Sin embargo decidí darle una oportunidad principalmente por el actor protagonista, Timothy Oliphant, que me encantó en su papel de sheriff en la serie western Deadwood. Y, desde luego, no me ha defraudado; ya he visto cuatro episodios en el fin de semana. No creo que sea casual la elección de Oliphant para este papel ya que en Justified, pese a pertenecer al cuerpo de los U.S Marshals (algo así como nuestra Guardia Civil) él actúa como un sheriff sacado de una película de vaqueros, con sombrero, botas y duelos de pistola incluidos.
La gracia de la serie está, a mi entender, precisamente en esto, en el carácter quijotesco del personaje que entiende la justicia en términos del Lejano Oeste. Por eso, si tenéis una oportunidad, os recomiendo que le echéis un ojo al piloto. Llevan dos temporadas y cada episodio es de 40-45 minutos.
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