Acabo de ver la tercera temporada de The Office (versión U.S) y estoy encantada. No os voy a mentir, es una serie difícil de ver al principio. Yo no pude terminar de ver el piloto y pasó más de un año hasta que decidí darle una oportunidad gracias a la insistencia de un amigo.
The Office cuenta a modo de reportaje la historia de una oficina de la industria papelera en la pequeña ciudad de Scranton. El formato, imitado por otras series como Modern Family, es bastante original y permite conocer los pensamientos que los propios personajes comparten con la cámara.
¿Y qué tiene de especial esta tercera temporada? Pues muchas cosas. El triángulo amoroso de las dos primeras temporadas se ve alterado porque Jim (John Krasinski) se va a la oficina de Standford, donde conocemos a dos grandes fichajes para la serie, Karen y Andy (Ed Helms, al que vimos en Resacón en las Vegas). Los capítulos siguen siendo igual de graciosos, de hecho, creo que ganan en calidad con respecto a temporadas anteriores y, lo mejor de todo, creo que en esta temporada se logra implicar directamente al espectador con los personajes.
Por eso recomiendo a aquellas personas que, como yo, no se habían atrevido a empezar con esta serie, que le den una oportunidad. Si no desde el principio, al menos a partir de la tercera temporada.
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