Este fin de semana terminé de ver la cuarta temporada de The Office y, sin ser tan buena como la tercera temporada, no decepciona.
Ryan pasa a ser miembro del equipo directivo de Dunder Mifflin lo que hace que revele su verdadera personalidad. Mientras tanto, en la oficina de Scranton, aparecen nuevos romances que no detallaré para no hacer spoilers a aquellos que no hayan visto aún esta temporada. Bueno, sí que me voy a permitir hacer uno porque resulta evidente. Después de que en la tercera temporada Pam revelara sus sentimientos a Jim, por fin acaban juntos. Algo por lo que te alegras como espectador y que pasa a convertirse en algo muy secundario en la trama. Sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, este desplazamiento lleva a que otras relaciones cobren protagonismo.
Una de las cosas negativas que le he visto a esta temporada es que, pese a ser una comedia, hay algunos capítulos que te dejan con un sabor muy amargo, especialmente el del día en que Michael invita a algunos de la oficina a una cena de parejas. Puedo entender que los episodios no sean todo risas pero ese capítulo me hizo sentir verdadera lástima por Michael.
Por último, en el episodio final aparece un personaje nuevo, Holy, que es un nuevo fichaje para la quinta temporada. Creo que Michael y ella pueden establecer una dinámica que, sin llegar a ser Pam y Jim, recuerde los primeros momentos de su relación.
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