3 jul 2011

Crítica a True Blood 4x02


Después de la situación de novedad que planteaban en el primer episodio, vemos que ni es oro todo lo que reluce ni Bill Compton (Stephen Moyer) puede olvidar ni dejar de cuidar a Sookie tan fácilmente. A partir de un flashback, el primero de otros tantos que tendrán que producirse para entender la situación actual, vemos a Bill en el Londres underground de los 80. Un encuentro que tiene en ese momento explica su situación política actual.

En este segundo episodio por fin llegamos a entender por qué los vampiros temen tanto a las brujas. LaFayette y Jesus se unen a un aquelarre que no aprueba el actual Rey de Louisiana. Por ello, este envía a Eric para "aconsejarles" que dejen de practicar la magia. Sin embargo, con la llegada de LaFayette, el poder de las brujas se ha intensificado y parece que a lo largo de la temporada la población vampírica va a empezar a sentir su amenaza.

Por otro lado, Crystal intenta que su relación con Jason dure. El problema es que para que esto ocurra Jason va a tener que sufrir algunos cambios. Y hablando de cambios, en esta temporada Sam por fin ha encontrado un grupo en el que se siente cómodo, un grupo de cambiaformas. Este "colectivo" también va a incrementar su poder a lo largo de la temporada porque descubrimos que existe una leyenda que cuenta que aquellos cambiaformas que maten a otro de sus iguales, podrán transformarse en pesonas. Desde luego, esto abre un nuevo horizonte de posibilidades.

Nigromancia, resurrecciones, personas que se transforman en otras personas... parecen ser la confirmación de que en esta temporada la magia va a tener un gran protagonismo.

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