20 nov 2011

Penélope



Esta es un claro ejemplo de película de domingo por la tarde, aconsejada para ver debajo de una mantita en el sofá. Recomendable ser abrazo/abrazar a vuestra pareja mientras la veis. Es la tierna historia de una niña (preciosa, si me lo permitís) que vive con la maldición de tener rasgos de cerdo. La nariz y las orejas. No pilota hidroaviones en el Adriático, pero su vida es casi igual de triste. Al nacer en la alta sociedad, sus padres para protegerla tuvieron que esconderla del mundo, condenada a ser un monstruo hasta que alguien de su propio ámbito social la amara.
Tres generaciones antes de Penélope, uno de sus antepasados se enamoró de una sirvienta, dejándola en estado de buena esperanza. Amonestado por su familia, el hombre se casó con otra mujer mientras que a la sirvienta la despeñaron por un barranco. La madre de la sirvienta resultó ser una bruja, y maldijo a la familia Wilheim.
Desde que se hizo mayor, a Penélope la visitan huestes de príncipes azules, que huyen despavoridos ante la “fealdad” de Penélope. A mí me parece tan mona con nariz de cerdo y todo.
A todos los pretendientes que huyen se les exige silencio, pero uno, especialmente estúpido, huye antes de ser castigado con el silencio, y le cuenta su historia a la policía, que lo encierra por loco. Después corre al periódico local, donde encontrará al periodista Lemon (Peter Dinklage – Tyrion). Y hasta ahí puedo contar.
Sin ser una obra maestra, Penélope cumple de sobras con su cometido, calentar un poco el corazón y hacernos pasar un buen rato. ¡Espero que la disfrutéis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario