1 sept 2011

Greg Rucka y las reflexiones de verano


Volvemos a la carga, lectores.
Después de un par de semanas de descanso (excepto Alapont, que siguió al pie del cañón) regresamos para seguir dándoos cosas que ver y leer.
Siento deciros que en este caso es más una reflexión que otra cosa, y es que llevo pensando desde hace casi un año en las injusticias del mundo este del noveno arte.
En la influencia que tiene quién eres, cómo te llamas y de dónde vienes. En el doble y triple rasero que se tiene con determinados escritores y guionistas.
Todo esto me vino a la cabeza tras terminar 52 y quedarme con un nombre que hasta entonces no conocía; Greg Rucka.
A partir de entonces fui leyendo cosas suyas sueltas, nada premeditado. Detective Comics, Gotham Central, Daredevil...
Series que sin ser los típicos Superman, Batman o Spiderman son de una altísima calidad narrativa y cumplen con el sino de una historia; entretener y dejar al lector con ganas de más.
Me sorprende que el nombre de este señor no forme parte del círculo privilegiado de artistas cuyos nombres se conocen en todo el mundo.
Que el bueno de Rucka no comparta asiento con Johns, Morrison, Davis o Brubaker es una de tantas injusticias del mundo del arte. Esperemos que no sea necesario ponerse al frente de una serie de las más comerciales.
No obstante, si eso fuese necesario, nos brindaría fantásticas historias, como siempre.
Acabo diciéndoos que si veis un cómic alguna vez y en su portada aparece el nombre de este señor sabed que es una garantía de calidad. Todavía no he encontrado un ejemplo de lo contrario.


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