1 sept 2011

Dragon Age II


Recientemente me he pasado la segunda parte del Dragon Age, un juego muy aclamado en su primera parte que me enganchó desde el principio gracias a su ambientación, su adictiva historia y al carisma de sus personajes. Un juego de rol que combina acción y donde puedes interactuar y hacer que la historia tenga finales distintos.
Dragon Age II mantiene muchas de esas características, pero quizás le ha fallado el añadir más acción y quitarle más elementos de rol, haciendo que importen más las batallas que las acciones del juego (y aún así tienes muchos desenlaces y decisiones diferentes que tomar)

Lo más novedoso del juego es que si jugaste previamente a la primera parte, puedes importar tu partida para que el final que elegiste en Dragon Age Origins afecte a la segunda parte del juego. Así, si decidiste quién acabó siendo rey o qué personajes viven y mueren afecta a la segunda parte, pudiendo aparecer los personajes en diferentes momentos de la historia (o no)

Otra novedad es en la profundización de las relaciones entre los personajes principales. Si en Dragon Age Origins podías flirtear con tus compañeros e iniciar un romance, en la segunda parte va más allá, pudiendo romper relaciones, continuarlas hasta el final o incluso mantener varias (sin importar el sexo o raza de tu compañero o compañera sentimental) El trato con tus compañeros en esta segunda parte es esencial. Si te llevas bien con ellos apoyarán tus decisiones y haces que sus habilidades de combate te beneficien. De lo contrario, si haces que la relación de amistad no sea buena, ocurrirá lo contrario, y puede que a la hora de la batalla no te apoyen, llegando incluso a abandonar tu grupo, a veces siendo imposible recuperarlos e incluso pueden volverse tus enemigos y cambiarse de bando. Vamos, que a parte de hacer las misiones, debes preocuparte de que la relación con tus compañeros sea buena o mala, dependiendo de ti.

La historia del juego es quizás menos atractiva que la anterior (al menos para mí) pero igualmente adictiva, siendo lo que más me gusta del juego, que no se limita a hacer misiones y matar enemigos.

Por lo demás, pocas variaciones, el sistema de batallas es idéntico a su antecesor, los gráficos apenas muestran una mejora (aunque tampoco lo necesita) y la banda sonora a pesar de acabar siendo repetitiva encaja muy bien en el ambiente del juego.

Lo recomiendo a todo amante de los juegos de rol. Si jugaste al Dragon Age Origins y te gustó, no dejes de jugar a la segunda parte.

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